Donde las decisiones no sean ni arbitrarias, ni confiscatorias, ni inconstitucionales, ni tomadas por cuatro o cinco que creen saberlo todo ni llevadas adelante con métodos de mafia o de burda patota.
- Un país donde el Gobierno gobierne para el país y no para sus intereses personales o los de sus amigos.
- Un país donde los intereses del país estén por encima de la ideología, cualquiera sea ésta.
- Un país donde exista un Congreso ante el cual pueda sacarme el sombrero y no una mera escribanía que vota leyes que ni siquiera analiza.
- Un país donde exista una Corte Suprema que sea un modelo de juristas y no una banda de funcionarios del Gobierno de turno.
- Un país que contenga a una sociedad que madure y aprenda de una vez que sin esfuerzos ni sacrificios no se llega a ningún lado.
- Un país que nutra a una sociedad que construya la democracia día a día, participando, reclamando, defendiendo sus derechos.
- Un país que me haga orgulloso de vivir en él y que pueda transmitirle a mis hijos el orgullo de vivir en Argentina y no la vergüenza que siento hoy en día.
En suma, un país distinto.