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3 comentarios:
Qué terrible es la impunidad con que se maneja este gobierno. Siento que la Constitución Nacional es sólo un librito que se enseña en los colegios nada más. Ruego defender nuestros derechos de ciudadanos !!!!
La propuesta de un insolvente
Las alternativas para que las sociedades organicen sus sistemas de Retiro, integrantes de la Seguridad o Previsión Social junto con otros sistemas como el de Riesgos del Trabajo (ART), salud (Obras Sociales), protección social, etc., contemplan dos variables fundamentales: 1) quién los Administra? y 2) Cómo se financian?
Cuál es la mejor alternativa de financiación?
La respuesta no es única, incluso dentro de un país. La experiencia que se ha acumulado en el mundo indica que el mejor diseño para atender las distintas realidades es tener sistemas diferenciados que atiendan a las características específicas, los recursos y las necesidades de los distintos destinatarios de los beneficios.
En primer término se requiere, por supuesto, un primer subsistema que atienda e incluya a los más desprotegidos. El objetivo aquí es prevenir la pobreza. Por su naturaleza solidaria y subsidiaria lo debe financiar toda la sociedad (no solo los trabajadores en blanco) con recursos generales de impuestos, y puede ser administrado por el Estado, o —por razones que veremos más adelante— de preferencia por ONGs, con estricto control gubernamental y de la sociedad. Es lo que comúnmente se designa como seguridad social. Cómo evitar que los “chantas” se cuelen aquí, trabajando toda la vida en negro, gastándose los aportes y luego disfrutando de los beneficios, restándole recursos a quienes los necesitan más? y los punteros? y los amigos de políticos? de los sindicalistas?. El objetivo de los argentinos como Nación debe ser la continua reducción de quienes tengan que acudir a este subsistema.
El siguiente subsistema va dirigido a la población que puede acceder a un trabajo la mayor parte de su vida laboral. El objetivo aquí es remplazar ingresos y se financia con los aportes del trabajador. El diseño debe contemplar estímulos y mecanismos para alentar el trabajo registrado, que esté en el interés primario y vital del trabajador cumplir y hacer que se cumpla con las normativas de la economía formal. Esta es una condición necesaria y muy importante que lleva al círculo virtuoso trabajo-financiación-inversión, para el desarrollo económico y el bienestar social. El mejor medio para lograrlo es involucrarlo en las consecuencias de hacerse “cómplice” —a veces forzado— del trabajo en negro, a través del impacto en su futura jubilación. Debe dotárselo además de instrumentos para controlar a su empleador, por ejemplo el Estado de Cuenta periódico. Como contrapartida, se debe garantizar que se preservan los frutos del esfuerzo de toda una vida. Debido al envejecimiento de la población, la tendencia y la experiencia indican que el mejor mecanismo de financiación es la capitalización. Debido al conflicto de intereses que representa para el Estado su obligación de atender necesidades generales y recaudar impuestos frente a la gestión de recursos de propiedad privada, el administrador idóneo para este subsistema es una entidad especializada del sector privado.
El tercer subsistema va dirigido a la población que desea —y puede, hay que decirlo— hacer mayores previsiones para su jubilación. El objetivo es remplazar ingresos, se financia con aportes, capitalizándolos, y el administrador es privado.
Para Administrador: un postulante insolvente, reincidente, de mala fe y adicto
El Gobierno Nacional le ha planteado a la sociedad argentina su postulación para ser, de nuevo, el administrador de un sistema único y general de los recursos para el Retiro de los argentinos.
Veamos los antecedentes, o más bien “prontuario” como se estila decir últimamente, del postulante. Lastimosamente lo primero que hay que decir es que es un insolvente. Además un insolvente reincidente. Tiene ya varias quiebras en su haber. Y no ha dudado en recurrir a la mala fe. La más reciente, por ejemplo, alterando los indicadores del Indec para —después de haberle birlado buena parte del capital a quienes le prestaron, la población argentina incluida— no pagar los rendimientos que él mismo ofreció pagar y debimos aceptar forzosamente. Como es un insolvente consuetudinario le molestan las Auditorías (nacionales o internacionales) y llevar las cuentas claras, como se hace con el Administrador privado. Prefiere el río revuelto dónde pueda pescar los recursos para sus fines inconfesables de corrupción, privilegios para amigos, financiación política, etc. Está en el “Veraz” del mundo, que por conocerlo ya nadie le presta, y sólo unos pocos se ven forzados a negociar con él. Es tal la calaña de nuestro postulante que ya ni los “amigos” le prestan. Ahora se postula para ser el Administrador de los esfuerzos y la esperanza de los argentinos. Y jura que no va a tocar un peso.
Por supuesto que tiene cómplices actuales y potenciales que tienen un gran apetito por ser, o llegar a ser, quienes usufructúen los beneficios para sus fines de gestionar ese monstruo devorador de recursos, trafico de favores (incluidas las jubilaciones de privilegio) y máquina de generar crisis y pobreza en que hemos permitido que se convierta el Estado argentino. En realidad el problema de fondo, que tuvo una de sus explosiones en 2002, sigue sin resolverse, porque no solamente “no se fueron todos”, sino que tampoco los echamos. Ahora los “contrataremos” de nuevo para permitirles gestionar algo tan preciado y vital para nuestras familias cómo son los recursos que podamos juntar, en parte para ponernos a salvo de este adicto al dinero, para tener algún futuro? A todas luces es el peor postulante que pudiera encontrarse para hacer el trabajo.
En conclusión, la propuesta del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dista de ser la más idónea para asegurar las jubilaciones de los argentinos, atender las necesidades de los menos favorecidos, y de crear las instituciones que conduzcan al desarrollo económico y el bienestar social de la Republica. Lo de postularse para administrar los ahorros de la gente, si no fuera porque ya se hizo el anuncio formal, no deja de ser una nueva burla de mal gusto y un despropósito que es imperativo que sea desestimado por los representantes de la gente en el Senado. Y debido a que también pudieran estar sospechados de tener interés de parte, no será mejor preguntarle directamente a los interesados a través de un plebiscito? Ya se hizo y la gente eligió, pero parece que no nos escucharon.
Es increible que sigamos aguantando que pisoteen nuestros derechos. Digamos BASTA de una buena vez.
Claramente están saqueando el país: Aguas, Aerolineas, el Campo, ahora las AFJP, y el control de empresas que significa. Después seguirán los Bancos y los medios de comunicación... quien sabe dónde terminarán.
DIGAMOS BASTA.
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